¿Te acuerdas aquella época en la que la palabra estrés era algo que escuchabas en las películas y no tenías idea de lo que era? Le preguntabas a tus familiares y realmente nadie podía darte un significado exacto, sí, ¡eran los 90’s!
De repente todo se ha vuelto estresante, la ansiedad y agobio se han vuelto parte de nuestra vida diaria, y comer bajo la influencia de estas emociones tiende a llevar a malos hábitos alimenticios.
¿Cómo podemos modificar esta conducta? ¡Muy fácil! Primero hay que identificar si es por emoción o porque realmente tenemos hambre. Aquí unos tips para identificarlos:
¡TEST DEL BRÓCOLI! – Cada vez que quieras comer algo y no sepas si es hambre o ansiedad preguntate: ¿podría comerme un tazón de brócoli?, no es algo que realmente a todos se nos antoje, pero seguramente una persona con hambre podría afirmarlo ¡Haz la prueba y escuchar tu propio cuerpo!
UNA CASA SANA– Lo más fácil para evitar comer comida chatarra es dejar de comprarla, así que la próxima vez que vayas al súper intenta comprar más verduras, proteínas y comida de buena calidad que te dará mayores beneficios además de hacerte sentir mejor.
ESCÚCHATE – ¿Qué es lo que está provocando tus hábitos alimenticios emocionales? El poder estar en contacto con nosotros mismos y lo que sucede a nuestro alrededor es lo más importante para poder estar bien.
CAMINA – Por más repetitivo que sea, esta actividad te ayuda a generar endorfinas y reducir el estrés en tu vida ¡ponlo en práctica!
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Por: Lorea De la Parra
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Lorea de la Parra es psicóloga, eterna aprendiz y amante de la vida. Esta certificada en Tethahealing, Reiki, Eating Psychology Coach y como instructora de Pilates. Su lema de vida es“toda vulnerabilidad puede dar paso a una fortaleza”. Síguela en Instagram y twitter como@loreadlp